La zanja que la Universidad Nacional de Tucumán está excavando al sur del campo de la Facultad de Agronomía estará lista hoy. Se trata de una cárcava de dos metros de ancho por dos de profundidad, de unos 500 metros de largo, que servirá como un foso al estilo de los castillos de la Edad Media, que evitará el ingreso de intrusos al cañaveral de la Facultad, después de dos intentos de usurpación del predio ocurridos en las últimas semanas.
Calle deteriorada
“Este tipo de barreras se han hecho en campos de Buenos Aires para evitar que entre gente a los terrenos. Es una forma práctica de proteger porque queda una montaña de tierra junto al camino y del otro lado está el canal”, explicó la decana de Agronomía y Zootecnia, Susana Monserrat.
La máquina, una retroexcavadora contratada por la Facultad, trabaja desde el lunes en la excavación junto a la calle Roca, de El Manantial, que divide el predio de la Universidad y el predio del Country Cerro Azul (ubicado al oeste de la Facultad) del barrio de emergencia Tula, también llamado “Asentamiento Araujo”, de donde, se presume, salieron las personas que intentaron usurpar el predio.
La calle Roca, según explicó Diego Suárez, a cargo de la Dirección General de Protección Universitaria, corre de este a oeste, desde la ruta 301 en dirección al cerro, y en ese sector está muy deteriorada, a tal punto de que por ella no pueden pasar prácticamente los autos. La Facultad tenía una cerca de unos 600 metros de largo, “pero se robaron los alambres y hasta los postes de fibrocemento”, dijo Suárez.
El 30 de junio hubo un primer intento de usurpación, que fue advertido por dos rondines de Cerro Azul, Sergio Daniel Díaz y Darío Nicolás Rodríguez, que reconocieron entre los intrusos a personas que habían intentado entrar al country y que en una ocasión los habían golpeado e incluso atado a uno de ellos, según relató Rodolfo Salinas, el Director del Parque San Javier.
El gran operativo
Tras el aviso, fue la Policía de El Manantial a disuadir a los intrusos. Pero hace una semana, el 12 de julio, hubo un intento más serio: unas 90 personas habían ingresado al predio y habían cortado las cañas en un área de 600 metros por 100, con intenciones de levantar casillas.
Salinas, que coordina con la Dirección de Protección Universitaria el cuidado de la enorme extensión del parque Sierra de San Javier -tiene 14.000 hectáreas- junto a los guardaparques y a personal de Gendarmería, participó ese martes 12 del operativo, junto a la Policía, para disuadir a los ocupantes, entre los que había mujeres, niños y mujeres embarazadas. Desde entonces el predio está custodiado por gendarmes, policías y la guardia de la UNT, que recorre el área con un cuatriciclo.
Según explicó Gustavo Vitulli, secretario de Bienestar Universitario, los gendarmes fueron al asentamiento para hablar con la gente “un poco para desalentarlos de que avancen sobre el predio de la Facultad”. A diario la Policía hace recorridos por la calle Roca y los gendarmes acompañan a los operarios de la retroexcavadora y a los guardias universitarios que revisan el predio en el cuatriciclo.
Caña por cosechar
En ese sector la Facultad tiene “caña con fines comerciales; módulos didácticos productivos; sectores para ensayos de investigación; cabras, ovejas; un área de Veterinaria con corrales; un vivero forestal y una pequeña fábrica de alimentos de conservas”, según explicó la decana. Agregó que la gente que fue sorprendida el martes en el predio había cortado en los días previos unos 30 surcos de caña. “Eso ya se perdió -concluyó-. Con lo que queda, en estos días entra la máquina a cosechar”.